Autor: Dr. Jorge Cabrera Zúñiga
Fecha: 8 de abril de 2025

¿Cuándo acudir a un neurocirujano vs traumatólogo para problemas de columna?

Introducción

La columna vertebral es una estructura compleja y vital que sostiene el cuerpo y protege la médula espinal. Cualquier alteración en esta zona puede generar dolor, limitación funcional y, en algunos casos, afectar de forma grave la calidad de vida. Elegir al especialista adecuado para tratar un problema de columna no siempre es sencillo. Por ello, es fundamental conocer las diferencias entre un neurocirujano y un traumatólogo, así como las situaciones clínicas en las que conviene acudir a uno u otro.

Este artículo está diseñado para guiarte en la toma de decisiones cuando se trata de buscar atención especializada para tu columna vertebral, ayudándote a reconocer los síntomas clave y a identificar el profesional más adecuado según tu caso.

Neurocirujano vs Traumatólogo: ¿Cuál es la diferencia?

Ambos especialistas pueden tratar patologías de la columna, pero desde enfoques distintos. Aquí están sus principales diferencias:

  • Neurocirujano: Médico especializado en el diagnóstico y tratamiento quirúrgico de enfermedades del sistema nervioso, incluyendo el cerebro, la médula espinal y los nervios. En el contexto de la columna, se enfoca en los problemas que afectan la médula y las raíces nerviosas.
  • Traumatólogo (Ortopedista): Médico especializado en el sistema musculoesquelético. Atiende fracturas, deformidades óseas, lesiones articulares y problemas estructurales de la columna vertebral sin compromiso neurológico directo.

Ambos pueden realizar cirugías de columna, pero mientras el traumatólogo se orienta más a lo estructural y mecánico, el neurocirujano actúa cuando hay un componente neurológico.

Anatomía básica de la columna vertebral

Comprender la estructura de la columna vertebral facilita identificar qué tipo de especialista necesitas. La columna está compuesta por 33 vértebras divididas en regiones:

  • Cervical: 7 vértebras que sostienen el cuello.
  • Torácica: 12 vértebras conectadas a las costillas.
  • Lumbar: 5 vértebras que soportan gran parte del peso corporal.
  • Sacra y coxígea: vértebras fusionadas que forman la base de la columna.

Entre cada vértebra hay discos intervertebrales que actúan como amortiguadores, y a través del canal medular discurre la médula espinal, que transmite señales entre el cerebro y el cuerpo. Si un disco presiona un nervio o la médula, pueden aparecer síntomas neurológicos, lo que suele requerir intervención de un neurocirujano.

Tipos de afecciones tratadas por un neurocirujano

El neurocirujano se especializa en abordar afecciones de la columna vertebral que comprometen el sistema nervioso central o periférico. Estas condiciones suelen implicar la compresión de raíces nerviosas o de la médula espinal, y pueden manifestarse con síntomas neurológicos como pérdida de sensibilidad, debilidad muscular o dolor irradiado. A continuación, algunas de las patologías más comunes tratadas por neurocirujanos:

  • Hernia discal con compromiso neurológico: Ocurre cuando un disco intervertebral se desplaza y presiona una raíz nerviosa. Suele generar dolor radicular (como ciática) y puede requerir cirugía si no mejora con tratamiento conservador.
  • Estenosis del canal raquídeo: Estrechamiento del canal medular que comprime la médula espinal o las raíces nerviosas, causando dolor, debilidad y alteraciones en la marcha.
  • Mielopatías: Enfermedades que afectan directamente la médula espinal, generando síntomas como pérdida de fuerza, problemas de coordinación o incluso alteraciones esfinterianas.
  • Tumores medulares: Neoplasias benignas o malignas que afectan la médula espinal o sus envolturas (meninges), produciendo síntomas neurológicos progresivos.
  • Malformaciones vasculares o congénitas: Condiciones como la siringomielia o las malformaciones arteriovenosas espinales también son abordadas por neurocirujanos especializados.

El enfoque del neurocirujano es preservar o restaurar la función neurológica mediante intervenciones quirúrgicas precisas, muchas veces utilizando técnicas mínimamente invasivas.

Indicaciones claras para acudir al neurocirujano

Identificar cuándo es necesario acudir a un neurocirujano puede marcar la diferencia entre una recuperación completa y la progresión de una lesión neurológica. No todos los dolores de espalda requieren intervención quirúrgica, pero ciertos signos y síntomas indican la necesidad de evaluación por un especialista en neurocirugía.

Señales de alerta neurológica

  • Pérdida de fuerza en brazos o piernas: Una disminución progresiva en la fuerza muscular puede deberse a la compresión de una raíz nerviosa o de la médula espinal.
  • Entumecimiento persistente: Hormigueos o pérdida de sensibilidad en las extremidades que no desaparecen con reposo o medicación.
  • Dolor irradiado intenso: Dolor que baja por el brazo o la pierna, acompañado de ardor, pinchazos o sensación eléctrica (como en la ciática).
  • Dificultades para caminar o coordinar movimientos: Puede indicar una mielopatía o estenosis del canal medular.
  • Incontinencia urinaria o fecal: Es una emergencia médica, posible signo de síndrome de cauda equina, que requiere intervención inmediata.

Cuando el tratamiento conservador falla

Si después de varias semanas de fisioterapia, medicamentos y cuidados posturales el dolor o los síntomas neurológicos persisten o empeoran, es hora de consultar a un neurocirujano. La evaluación temprana puede evitar complicaciones mayores y, en muchos casos, permitir el uso de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas con rápida recuperación.

Recuerda: si el sistema nervioso está comprometido, la intervención de un neurocirujano no solo es recomendable, sino necesaria.

Tipos de afecciones tratadas por un traumatólogo

El traumatólogo, también conocido como ortopedista, es el especialista en el diagnóstico y tratamiento de trastornos del aparato locomotor, incluyendo los problemas estructurales de la columna vertebral. Su enfoque está orientado principalmente hacia lesiones óseas, deformidades y alteraciones biomecánicas sin afectación directa del sistema nervioso.

Patologías frecuentes atendidas por traumatólogos

  • Fracturas vertebrales: Pueden ser resultado de traumatismos, caídas o enfermedades como la osteoporosis. El tratamiento puede ser conservador o quirúrgico, dependiendo de la estabilidad y la alineación de la columna.
  • Escoliosis y otras deformidades: El traumatólogo evalúa y trata curvas anómalas de la columna (escoliosis, cifosis, hiperlordosis), que pueden afectar la postura y causar dolor crónico.
  • Espondilolistesis: Se refiere al deslizamiento de una vértebra sobre otra, que puede generar dolor mecánico y compresión estructural.
  • Dolor mecánico lumbar o dorsal: Dolor originado por sobrecarga, mala postura, artrosis vertebral o degeneración discal sin componente neurológico evidente.
  • Lesiones deportivas o por sobreuso: Contracturas, distensiones musculares y microtraumatismos acumulativos que afectan la columna en atletas o personas con actividades repetitivas.

En muchos casos, el traumatólogo emplea tratamientos conservadores como la fisioterapia, ejercicios posturales, órtesis o infiltraciones para aliviar el dolor y mejorar la función, reservando la cirugía para casos avanzados o resistentes al tratamiento.

Indicaciones claras para acudir al traumatólogo

Acudir al traumatólogo es recomendable cuando los síntomas sugieren un problema estructural o musculoesquelético de la columna sin signos de afectación neurológica. Este especialista evalúa lesiones mecánicas, deformidades y alteraciones funcionales que pueden tratarse de forma conservadora o quirúrgica según la gravedad del caso.

Cuándo consultar a un traumatólogo

  • Dolor postural o mecánico: Malestar que aparece con el movimiento, mejora en reposo y no se irradia hacia brazos o piernas.
  • Lesiones traumáticas sin síntomas neurológicos: Golpes, caídas o accidentes que provocan dolor localizado pero sin debilidad, entumecimiento ni pérdida de reflejos.
  • Deformidades visibles en la columna: Alteraciones como escoliosis, cifosis o asimetría en hombros o cadera.
  • Dolor crónico en personas mayores: Especialmente si hay antecedentes de artrosis, osteoporosis o colapso vertebral por desgaste.
  • Necesidad de tratamientos conservadores: Como fisioterapia, uso de fajas, ortesis o infiltraciones para aliviar el dolor y mejorar la movilidad.

El traumatólogo también es el indicado para realizar seguimientos prolongados en patologías degenerativas de la columna y decidir si se requiere cirugía ortopédica en casos avanzados.

Diagnóstico diferencial: neuro vs ortopedia

Determinar si el paciente debe ser atendido por un neurocirujano o un traumatólogo requiere una evaluación clínica precisa y el apoyo de estudios de imagen. El diagnóstico diferencial es clave para evitar tratamientos erróneos o intervenciones innecesarias.

Criterios clínicos

  • Neurocirujano: Presencia de síntomas neurológicos como debilidad muscular, pérdida de sensibilidad, reflejos alterados, dolor radicular o incontinencia.
  • Traumatólogo: Dolor localizado, deformidad ósea, rigidez, limitación del movimiento sin signos neurológicos asociados.

Pruebas complementarias

  • Resonancia Magnética (RMN): Evalúa discos, médula y raíces nerviosas.
  • Tomografía Computarizada (TAC): Excelente para ver lesiones óseas o fracturas.
  • Electromiografía (EMG): Diagnostica compresión nerviosa o daño neuromuscular.

El rol del médico de atención primaria o fisiatra

El primer contacto ante un problema de columna suele ser el médico general o un fisiatra. Su función es evaluar los síntomas, realizar un examen físico y derivar al especialista adecuado.

El fisiatra, además, es clave en el manejo conservador mediante planes de rehabilitación, ejercicios personalizados y control del dolor sin cirugía.

Tratamientos más comunes en neurocirugía de columna

  • Microdiscectomía: Extracción mínimamente invasiva del fragmento de disco que comprime una raíz nerviosa.
  • Laminectomía: Retiro de una parte del hueso (lámina vertebral) para descomprimir el canal medular.
  • Artrodesis: Fusión de vértebras inestables con tornillos, barras y/o injertos óseos.

Estos procedimientos buscan preservar la función neurológica y aliviar el dolor cuando los tratamientos no invasivos han fracasado.

Tratamientos más comunes en ortopedia/traumatología de columna

  • Fisioterapia: Ejercicios terapéuticos para fortalecer la musculatura paravertebral.
  • Infiltraciones: Aplicación de antiinflamatorios o anestésicos en zonas dolorosas para aliviar síntomas.
  • Cirugías correctivas: Corrección de escoliosis, cifosis u otras deformidades mediante técnicas ortopédicas especializadas.

Tecnologías actuales en el diagnóstico y tratamiento

  • Cirugía mínimamente invasiva: Menor daño tisular, recuperación rápida, menor riesgo de complicaciones.
  • Imagenología avanzada: Resonancia de alta definición, TAC 3D, navegación quirúrgica.
  • Neuromonitoreo intraoperatorio: Garantiza la seguridad neurológica durante las cirugías complejas.

Casos clínicos comparativos: neurocirujano vs traumatólogo

  • Hernia discal lumbar con radiculopatía: Neurocirujano si hay pérdida de fuerza o dolor incontrolable.
  • Fractura vertebral por osteoporosis: Traumatólogo para estabilización y manejo ortopédico.
  • Escoliosis en adulto mayor: Evaluación conjunta dependiendo del compromiso estructural y neurológico.

Consecuencias de un mal enfoque terapéutico

Una mala derivación o un tratamiento incorrecto pueden conllevar:

  • Retrasos en la resolución de síntomas.
  • Secuelas neurológicas irreversibles.
  • Cirugías innecesarias o ineficaces.

Por eso es esencial acudir al especialista correcto desde el inicio.

Prevención y cuidado de la columna

La mejor forma de evitar enfermedades de columna es a través de la prevención:

  • Adoptar una postura adecuada al sentarse y al levantar objetos.
  • Realizar ejercicios de fortalecimiento lumbar y abdominal.
  • Evitar el sedentarismo y el sobrepeso.
  • Realizar controles médicos periódicos si hay antecedentes familiares o molestias persistentes.

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Conclusión

Elegir entre un neurocirujano o un traumatólogo para tratar problemas de columna depende directamente del origen de tus síntomas. Si hay signos neurológicos, el neurocirujano es el indicado. Si se trata de una lesión ósea o muscular sin compromiso neurológico, el traumatólogo es el profesional más adecuado.

Ante cualquier duda, lo ideal es consultar primero con un médico general o fisiatra, quienes podrán derivarte correctamente y evitar demoras que puedan afectar tu recuperación. ¡Tu columna merece el mejor cuidado posible!

Preguntas frecuentes (FAQs)

1. ¿Es mejor ir directamente a un neurocirujano ante dolor de espalda?

No siempre. Si el dolor es leve, reciente o no presenta síntomas neurológicos (como debilidad o entumecimiento), puede manejarse inicialmente con un médico general o fisiatra. Se recomienda acudir directamente al neurocirujano solo si hay signos de compromiso nervioso.

2. ¿Puedo cambiar de especialista si no mejora mi tratamiento?

Sí. Si el tratamiento actual no ofrece resultados o tus síntomas empeoran, es totalmente válido buscar una segunda opinión médica o ser derivado a otro especialista con un enfoque diferente (por ejemplo, pasar de ortopedia a neurocirugía).

3. ¿La cirugía de columna siempre es necesaria?

No. De hecho, en la mayoría de los casos el tratamiento conservador (fisioterapia, medicamentos, reposo, etc.) es suficiente. La cirugía se reserva para casos con compromiso neurológico grave o cuando los métodos no quirúrgicos no funcionan.

4. ¿Qué pruebas necesito antes de ir al especialista?

Lo ideal es acudir con estudios de imagen como una resonancia magnética (RMN) o una tomografía (TAC), si ya los tienes. Sin embargo, muchos especialistas pueden solicitar los estudios necesarios tras una valoración clínica inicial.

5. ¿Cuándo debo preocuparme por un dolor lumbar persistente?

Si el dolor dura más de 4 a 6 semanas, empeora con el tiempo o viene acompañado de hormigueo, pérdida de fuerza, alteraciones de sensibilidad o problemas para caminar, debes consultar a un especialista lo antes posible.

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